Las mejores sesiones de fotos son las que no parecen sesiones de fotos. Y con pisquitos como Nayra eso es facilísimo.
Mi objetivo es crear un ambiente tan relajado y divertido que, al final, todos olvidéis que estoy ahí. Padres e hijos conectan, se ríen y juegan, mientras yo capturo los momentos reales, los abrazos espontáneos y las miradas cómplices que, de otra forma, pasarían desapercibidas.
Porque en la fotografía lifestyle, no buscamos la foto perfecta; buscamos el recuerdo perfecto. Y esta tarde, en un entorno tan envidiable como es las Dunas de Maspalomas, lo conseguimos.